Días atrás, un alto referente del uñaquismo en la provincia hizo una comparación reveladora. Deslizó que Emilio Baistrocchi se encontró el municipio de la Capital sin un peso más que para pagar sueldos, mientras que Romina Rosas recibió Caucete en “menos diez”, pero Jorge Espejo se llevó la peor parte, porque le tocó en Iglesia una administración en “menos cien”. Esa mirada proporcional parece ajustarse bastante bien a la realidad, en función del diagnóstico hecho por el intendente bloquista tras el primer mes de mandato.
Espejo todavía está reuniendo información oficial para llevar “lo antes posible” todos estos antecedentes ante el fiscal en turno, para que la Justicia investigue una presunta maniobra delictiva cometida en la gestión de Marcelo “Chelo” Marinero. Hay millones de pesos en juego, que involucran el manejo de las regalías mineras pagadas por Veladero. Por esa razón
Hasta ahora, la administración de Espejo detectó cheques sin fondos emitidos por la gestión de Marinero por 2,7 millones de pesos. Así expuesto, este rojo constituye una irregularidad para esclarecer. Pero se torna aún más grave si se pone en contexto, con los detalles que reveló en carácter exclusivo una alta fuente municipal a este medio.
Espejo encontró la cuenta de regalías totalmente vacía, aunque ingresaron al municipio 75 millones de pesos a fin de año por el bimestre que correspondía liquidar. Esto significa que la administración de Marinero gastó esos recursos por completo, más los otros 2,7 millones adicionales en cheques sin respaldo que ahora está rescatando la comuna.
¿En qué se fue ese abultado monto entre noviembre y los primeros días de diciembre, sobre el final de la gestión? Es lo que están dilucidando. A modo de anticipo, un vocero muy cercano al intendente dijo que hay pagos por distintos conceptos por montos de hasta 200.000 pesos. Será clave auditar con prolijidad estos desembolsos porque los recursos provenientes de regalías no son de libre disponibilidad sino que tienen una serie de restricciones impuestas por ley.
Iglesia recibe el 33% de las regalías liquidadas por Veladero, de acuerdo al artículo 17 de la Ley Provincial 716-M. Ese mismo texto aclara que “los recursos asignados a favor del municipio, no podrán ser destinados a gastos de erogaciones corrientes”. Significa que el intendente no puede emplear estos fondos para pagar salarios o contratos vinculados a la administración del día a día.
El texto normativo abre alguna salvedad atada al decreto reglamentario. Pero es eso: la excepción. La regla general es la imposibilidad de dilapidar los fondos recibidos por la explotación de un recurso natural no renovable. Fue bajo ese concepto que la ley les impuso a los intendentes la obligación de aplicar estos recursos a obras de infraestructura, atándoles las manos para que cualquiera cediera a la tentación de ampliar la planta de contratados, por ejemplo.
Mauro Marinero, actual diputado, hermano mayor y antecesor de Marcelo en la Intendencia de Iglesia, utilizó los intereses de las regalías puestas a plazo fijo para pagar sueldos. Justificó esta medida en que no estaba violando la normativa, porque en definitiva no había tocado los fondos mineros propiamente dichos sino su renta financiera. Además, confesó que buena parte de los dineros percibidos por la explotación en el Valle del Cura fue a parar a veredas y cordones cunetas.
Frente a la crítica lógica por la desproporción entre el enorme fondo de regalías transformado en una serie de obras tan minúsculas, Mauro reivindicó su decisión política, porque involucró la mano de obra iglesiana en micro-escala, generando licencia social para la actividad minera.
Veladero entró en producción a finales de 2005. Han pasado casi 15 años de remesas ininterrumpidas y cuesta encontrar los resultados. El intendente Espejo tuvo que ordenar tapar con ripio los baches en calle Santo Domingo, la principal de Rodeo, para recibir a los turistas de la Fiesta de la Semilla y la Manzana este fin de semana. Dos conclusiones saltan a la vista. La primera es que la arteria tiene un descuido crónico. La otra es que no queda un peso para pavimento.
Mucho menos hay dinero para llevar a cabo la tradicional celebración iglesiana. Por eso el intendente tuvo que acudir al Ministerio de Turismo y Cultura más algunos sponsors privados, que aportaron lo suficiente como para realizar la 33° edición de esta fiesta.
Marinero no tuvo restricciones en materia de ingresos. Según la auditoría preliminar, a lo largo de 2019, Iglesia recibió unos 200 millones de pesos en concepto de coparticipación. A eso le sumó 303 millones de pesos por regalías mineras. Vale destacar el dato evidente: Veladero le dejó al cabo de 12 meses un 50 por ciento más que los recursos ordinarios remitidos por la provincia. De eso no quedó absolutamente nada. Por el contrario, el resultante fue un rojo de 2,7 millones de pesos, como ya se mencionó.
Los cheques sin fondos agitan el peor de todos los miedos de la gestión actual, acerca de que el Banco Central les bloquee el CUIT hasta tanto regularicen la situación y ordenen administrativamente el municipio. En tal caso se verían impedidos de operar con entidades financieras. Sería algo más que un obstáculo para la gestión de Espejo y por eso los tiempos urgen para encontrar las soluciones. En lo inmediato, traerá bastante oxígeno el próximo ingreso de regalías, que debería llegar antes de fin de mes.
Estiman que ese ingreso no superará los 75 millones de pesos que recibió Marinero en el último bimestre de su mandato. Por otra parte y como se aclaró antes, ese dinero no será de libre disponibilidad. No está permitido afectar esos recursos al pago de los cheques sin fondos, excepto que los mismos hayan sido imputados a obras de infraestructura.
“Yo me imaginaba que esto era un desastre. En correlación a eso, lo que encontré es mucho peor”, le escucharon decir a Espejo días atrás en una conversación reservada. Efectivamente, cuando lanzó su campaña el entonces diputado departamental resolvió enfrentarse con los hermanos Marinero que parecían imbatibles en el municipio minero. Hubo ruptura desde entonces.
No se abrió la interna para la candidatura a intendente, pero se permitió otra ingeniería electoral que resultó efectiva: Espejo creó su propio partido departamental por fuera del bloquismo y pudo competir con boleta corta pero adhiriendo a la fórmula integrada por Sergio Uñac y Roberto Gattoni dentro del Frente Todos. Su postulación contó con el aliento del presidente de la Convención Bloquista, Luis Rueda, secretario privado del gobernador.
Por el contrario, la presidenta del Partido Bloquista, Graciela Caselles, abonó la reelección de “Chelo”, dejando a Espejo al margen. Esa rispidez fue creciendo y, transcurrido el primer mes de la nueva gestión, todo indica que no hay mayores chances de reconciliación. Sin embargo, los hermanos Marinero trabajaron insertos en el Frente Todos y encontraron espacios después del 10 de diciembre. Mauro como diputado proporcional y Marcelo como asesor en la Legislatura.
Resuelto a llegar hasta las últimas consecuencias en la Justicia, Espejo pondrá a prueba el margen de tolerancia dentro del oficialismo, que podrá mantenerse prescindente de la disputa bloquista y dejar que la Justicia actúe, o tomar partido y enfriar la relación con los hermanos iglesianos fuertemente cuestionados.
Con el resultado de las urnas ya irreversible el 2 de junio de 2019, el nuevo intendente tuvo que esperar una larga transición de seis meses para asumir efectivamente el 10 de diciembre y ver, de primera fuente, cuáles eran los números reales. Entonces no solamente detectó el rojo por cheques sin fondos sino toda una serie de situaciones que requieren corrección.
Por ejemplo, unos 50 trabajadores de planta permanente no iban a cumplir sus tareas porque, según dijeron, les habían pedido que no asistieran. En su lugar, había personal contratado. Esto ocurría dentro del palacio municipal, particularmente en el área administrativa.
El parque automotor también estaba reducido a dos camionetas y dos camiones en funcionamiento. Y las cabañas municipales, ocupadas por familias sin vivienda a las que alguien les sugirió que podían instalarse allí, sin considerar el destino turístico que siempre tuvieron esas instalaciones.
Tiempo de San Juan.