Con la llegada del frío intenso, un grupo de sanjuaninos se organizan para confeccionar abrigos para perros callejeros. Se trata de la proteccionista “Perros Zondinos”, y piden que la comunidad colabore con materiales para realizar estas prendas.
ara muchos sanjuaninos es muy difícil ver el sufrimiento y sentirse impotentes frente a situaciones en las que creen no poder hacer nada por los perros abandonados. Se ven casos terribles, como hembras recién paridas con sus cachorros en la calle en pleno invierno, algunos perros atropellados y devorados por las garrapatas, con sarna y demás. Entonces surge la desesperada pregunta: ¿cómo se puede ayudar? Hay muchas formas que no necesariamente incluyen la adopción ni ser hogar temporal.
En esto, hay en San Juan un grupo de personas que buscan ayudar a los perros abandonados en la quebrada de Zonda, que es en donde más abundan, para tratar de mejorarles la calidad de vida. Se trata de la proteccionista “Perros Zondinos”, y hasta allí van con frazadas, cuchas, alimentos, medicamentos y demás.
Ahora, con las bajas temperaturas que se perciben en la provincia, desde el grupo comenzaron una campaña especial para abrigarlos. Confeccionan chalecos de polar para los callejeritos de Zonda. Para ello, piden que la comunidad sanjuanina la colaboración con materiales para realizar estas prendas y así llegar a más animales abandonados.
“La idea de coser chalequitos surge porque habíamos empezado primero a llevarles casuchas a los perros por el frío. En la quebrada hace muchísimo frío y realmente sobreviven porque se hace una selección natural, pero es muy dura y muy intensa”, cuenta Mónica Agüero, miembro del grupo, en una entrevista para DIARIO MÓVIL.
La realidad de los perros abanados en este departamento es grave y desde el grupo buscan ayudar en lo más que pueden para contrarrestar esta problemática. Pero se necesita la colaboración de toda la comunidad zondina y sanjuanina en general. “Desgraciadamente por ahí a muchas perritas preñadas las tiran y hay una reproducción natural excesiva. Esto hace que existan muchísimos perros dando vuelta, suelto y sin ningún tipo de protección”.
Por otra parte, Mónica explica que la solución que un primer momento adoptaron de llevar casuchas para que los animales puedan soportar mejor el frío no fue durable “porque permanentemente las estamos reponiendo. Se las lleva el viento, las rompen o se las roban las mismas personas que van. Entonces pensamos que si algunos de los perritos se dejan atrapar, algunos son algo reacios pero los que se los pueden pillar, se los trae a un centro de castración y de esterilización y una vez que están castrados los machitos y esterilizadas las hembras se les coloca un chaleco y se los lleva otra vez a la montaña. Es sumamente doloroso para quienes realizan esa tarea dentro del grupo porque es como volver a abandonar el perro. Pero la única forma que tenemos de frenar esta reproducción ilimitada”.
En este sentido, lo que busca el grupo proteccionista no solo es brindarles un abrigo, sino que va mucho más allá: es crear una conciencia de solidaridad y empatía para que quienes se encuentren un perro abandonado entiendan que están desprotegidos, que están en una situación de desventajas en condiciones porque no pueden hablar y expresarse, que muchas veces son golpeados, atropellados y abandonados.
Un grupo conformado para ayudar y generar conciencia
Desde el grupo ‘Perros Zondinos’ se dedican a ayuda, rescatar, curar y dar en adopción a perros callejeros. Todo se hace con donaciones y el voluntariado en su máxima expresión. Hace aproximadamente cinco años que empezó y, desde entonces, se ha ido sumando gente. Rescatistas como Cecilia Montaño, Juan José Pujador, Marita Garcés, están entre los fundadores del grupo.
Cada voluntario de ‘Perros Zondinos’ tiene una tarea específica y colabora con lo que puede. Unos donan alimentos, otro consiguen donaciones, otros hacen cuchas, otros cosen chalecos, otros se ofrecen para ir a hacer el recorrido todas las semanas para llevarles alimentos, limpiarles las cuchas, recomponérselas y en el caso de que se haya volado construirles otras nuevas. “A veces las vamos rotando y vamos tratando de hacer de esto un grupo funcional en donde la vocación del servicio es la idea principal”, cuenta Mónica.
Desde el grupo buscan, además de ayudar a los perros abandonados, es crear conciencia sobre que son una vida y merecen condiciones de vidas buenas y saludables. A su vez, resaltan la importancia de la castración y esterilización para que la población de estos animales no siga creciendo.
“El problema es que si no frenamos de base la reproducción ilimitadas de animales, no hay forma de que la situación mejore. De lo contrario nos vamos a pasar la vida haciendo ponchos y haciendo chuchas, y cada vez la población canina va a ser mayor”, concluye Mónica Agüero.
Fuente: Diario Móvil
