Alcaparrosa, la mina de cobre chilena que se hizo famosa hace tres años al producirse un socavón increíble, de 60 metros de profundidad que asustó a todos, acaba de ser cerrada total y definitivamente por orden de la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) de Chile.
Por esa situación, y al ser considerada responsable, la minera Lundin a cargo de la mina, enfrenta un duro castigo: una multa de 4.160 UTA, equivalente a más de 3.360 millones de pesos chilenos, informó el medio chileno especializado mineríayfuturo.cl
La multa deberá ser pagada en un plazo de 10 días hábiles a la Tesorería General de la República. No obstante, la empresa tiene la opción de presentar un recurso de reposición en un plazo de cinco días hábiles o un reclamo de ilegalidad ante el Tribunal Ambiental en un plazo de 15 días hábiles.
La mina Alcaparrosa forma parte junto a la mina Santos, del complejo minero Ojos del Salado, del cual Lundin Mining posee una participación del 80 %, mientras que Sumitomo Corporation posee el otro 20 %.
Daños ambientales
Tras una investigación de casi tres años que reveló la generación de un socavón de más de 60 metros de profundidad a 900 metros de la zona urbana de la comuna de Tierra Amarilla, la SMA inició un procedimiento sancionatorio con cuatro cargos por incumplimientos cometidos por el titular, incluyendo la sobre-extracción de mineral y daño ambiental irreparable.
Según la superintendenta de Medio Ambiente chilena, Marie Claude Plumer, la minera intervino sectores no autorizados hasta las proximidades del acuífero del río Copiapó, lo que provocó una mayor infiltración de aguas y debilitamiento del macizo rocoso.
“Es importante tener en cuenta que las intervenciones realizadas por la empresa provocaron un daño ambiental irreparable sobre un acuífero que ha sido catalogado como escaso y restringido”, dijo la Superintendenta. “Los titulares de proyectos son conscientes de las condiciones establecidas en sus permisos ambientales para operar. Acá, las reglas son claras y deben ser cumplidas”, afirmó Plumer.
El proceso sancionatorio de la SMA determinó cuatro cargos contra la minera. El más grave corresponde a la sobre-extracción de mineral, ya que la empresa superó en más de 300 toneladas diarias el límite autorizado en su Resolución de Calificación Ambiental (RCA).
El segundo, catalogado como gravísimo, se refiere al daño ambiental irreparable en el acuífero del río Copiapó, afectado por modificaciones en el drenaje subterráneo. Los dos cargos restantes, considerados leves, se relacionan con el incumplimiento en las condiciones de transporte y recepción del mineral.
Lundin Mining es conocida en San Juan por operar el proyecto Josemaría, y este mes concluyó un Joint Venture con la gigante BHP para la adquisición conjunta de los proyectos sanjuaninos Filo del Sol y Josemaría. Con ellos han conformado un enorme proyecto cuprífero que ahora se llama Vicuña.
Antecedentes
No es la primera vez que la autoridad ambiental chilena sanciona a una minera por daños ambientales. Ya lo hizo anteriormente con Barrick. En septiembre de 2020 el Primer Tribunal Ambiental confirmó la clausura definitiva de Pascua, ubicado en Alto del Carmen, debido a infracciones con la Resolución de Calificación Ambiental (RCA). Eso determinó el fin del proyecto minero binacional Pascua Lama, compartido con San Juan.
En aquel momento a Barrick se les sentenció por incumplimientos respecto del monitoreo de los glaciares, del monitoreo y descarga de aguas de contacto al río Estrecho, además del uso de una metodología de cálculo de niveles de alerta de calidad de aguas no autorizada, que utilizaba niveles más permisivos que los contemplados en la calificación ambiental. (Con información de Rumbo minero y mineriayfuturo.cl)