Desde el corazón del Bajo Astica, Juan Elizondo tiene como bandera un sueño intacto y se abre camino en el fútbol. Criado entre montañas y potreros, empezó a jugar a los cuatro años y pasó toda su infancia en el Club Social y Deportivo Astica, el único del pueblo. “Creo que soy el único que salió de ahí”, le dijo a Tiempo de San Juan, con orgullo y humildad. Hoy, después de una prueba que le consiguió su tío en el Bohemio, lleva dos años luchándola en la Cuarta División para llegar a Primera y devolverle a su familia todo lo que le dieron.
Juan es el hermano del medio y lleva la pelota pegada al pie desde que tiene uso de razón. “Juego desde los 4 años, arranqué en el Club Social y Deportivo Astica, el único club por el que pasé allá en el pueblo”, contó, aunque sabe que eso no es poca cosa. “Allá hubo muchos jugadores buenos, pero por suerte me tocó a mí poder salir y estar hoy acá”, agregó.
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El futbolista, que se desempeña como volante, punta o enganche, es uno de esos jugadores versátiles, que pueden moverse por toda la cancha y dejar su marca. Hace ya tres años que está en el Bohemio, jugando en la Cuarta División, y todo empezó gracias a su tío Luis Castro, quien le consiguió una prueba en el semillero, uno de los más importantes de San Juan. El resto lo hizo él, con talento, esfuerzo y mucho corazón. “Quedé, y desde ese momento estoy dando todo”, dijo con firmeza.
Lejos de casa, la distancia se siente. Su familia, por cuestiones económicas, no puede acompañarlo en la tribuna, pero eso no lo frena: “Lo que me mantiene de pie son las ganas de llegar a algo, de ser alguien por el fútbol. Aunque mis papás no estén acá, sé que me apoyan en todo. Ellos siempre están y deben estar orgullosos de mí, que estoy siguiendo mi sueño”.
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Ese sueño no es solo suyo. También es de su familia del Bajo de Astica. Y Juan lo sabe: “Con el primer sueldo quiero ayudar a mis papás, devolverles todo lo que hicieron por mí, como forma de agradecimiento. Y a mi tío, que es el que está acá bancándome siempre”.
Como buen argentino su ídolo es el de todos: Lionel Messi, y aunque aún le queda camino por recorrer, Juan camina firme, con la humildad de los grandes y el fuego sagrado de los que no se rinden. Del Bajo Astica al fútbol grande.


