¿Qué hacen los CEOs más importantes del mundo cuando tienen menos confianza en la economía? Apuestan por la IA y el talento


En la última década, los CEOs más importantes del mundo demostraron su capacidad de resiliencia y contribuyeron al éxito de sus empresas a pesar de la disminución de la confianza en la economía global, señaló la nueva edición de la encuesta CEO Outlook de KPMG Internacional entre 1.325 líderes de negocios de los principales mercados internacionales.

Todos los consultados, indicaron los responsables del estudio, dirigen compañías que registran ingresos anuales de más de 500 millones de dólares, y de ese total un tercio tiene ingresos de más de 10 mil millones.

Esta décima edición del estudio reveló que solamente el 72 por ciento de los CEOs confía en la dirección de la economía mundial en los próximos tres años, frente al 93 por ciento de 2015, cuando se realizó la encuesta por primera vez. Sin embargo, en los planes futuros de contratación, el 92 por ciento afirmó que tiene previsto aumentar el número de empleados en los próximos tres años, la proporción más alta desde 2020. Esa intención alcista de contratar empleados se genera a pesar de que los líderes sufren la exigencia de dirigir una organización grande, siendo que el 72 por ciento de ellos confesó que se siente más presionados que el año pasado para lograr la prosperidad a largo plazo de sus empresas.

Los factores que según los encuestados constituyen las principales amenazas para el crecimiento también fueron cambiando: los desafíos en torno a la cadena de suministro y los problemas operativos están ahora por encima de la ciberseguridad y de la principal amenaza del año pasado: la geopolítica y la incertidumbre política.

“Los últimos diez años estuvieron marcados por volatilidad y cambio, desde una pandemia hasta el aumento de la inflación y el auge de la inteligencia artificial (IA), dijo Bill Thomas, CEO y presidente de KPMG Internacional. Ante esa presión, continuó, estos ejecutivos “se muestran firmes en la necesidad de invertir en el futuro”. Las turbulencias, siguió Thomas, “exigen que los líderes sean más resilientes, ágiles e innovadores. De cara a los próximos diez años, aquellos CEOs que implementen estrategias audaces para adaptarse a nuestro mundo cambiante e inviertan en las tecnologías y el talento adecuados para hacer realidad sus planes podrán lograr un crecimiento sostenible a largo plazo”.

Por su parte, Néstor García, CEO y presidente de KPMG Argentina, señaló que “este escenario de incertidumbre que expresan los lideres empresarios mundiales acerca de cómo evolucionará la economía encuentra hoy a la Argentina en un profundo cambio de su esquema económico orientado hacia un sistema abierto y competitivo”.

Según García, eso representa “un gran desafío, pero al mismo tiempo una oportunidad por las potencialidades que tiene el país en sectores clave de gran demanda mundial como son los vinculados a la agroindustria, a la energía y a la economía de conocimiento, entre otras. Las empresas que no se transformen y se adapten rápidamente tendrán problemas para crecer en la nueva economía digital que está impulsando el cambio”.

La IA ocupa un lugar central

Detrás de la incertidumbre económica (53 por ciento), la carrera por adoptar la inteligencia artificial (50 por ciento) es el tema que más preocupa hoy a los CEOs. Y está claro que la mayoría de los líderes reafirman su compromiso de aumentar la inversión en innovación y tecnología (incluida la IA), como motor de crecimiento. De hecho, la mayoría (64 por ciento) identificó a la IA como su principal prioridad de inversión en 2024, aunque gran parte de ellos considera que esta inversión generará frutos en el mediano plazo, siendo que el 63 por ciento espera ver ese rendimiento en los próximos tres a cinco años.

El estudio de KPMG aseguró que “está comprobado” que los CEOs “creen que las personas y las capacidades son fundamentales para aprovechar el potencial de la IA generativa (IAG), y los tres principales beneficios de la implementación de la IA reconocidos este año son el aumento de la eficiencia y la productividad, una mejor calificación de la fuerza laboral para prepararse al futuro, y el aumento de la innovación organizacional”. 

A pesar de eso, siguen siendo conscientes de los riesgos que presenta la rápida implementación de nuevas tecnologías. Más de la mitad (61 por ciento) sostuvo que los desafíos éticos se encuentran entre los más difíciles de abordar a la hora de implementar la IA en sus empresas, mientras que la falta de regulación (50 por ciento) y de habilidades y capacidades técnicas (48 por ciento) fueron otras áreas de preocupación.

Por último, mientras que un 76 por ciento de los CEO creen que la IA no afectará fundamentalmente al número de puestos de trabajo en su organización, sólo el 38 por ciento consideró que sus empleados tienen las habilidades adecuadas para aprovechar completamente los beneficios de la IA. El 58 por ciento, entretanto, está de acuerdo con que la integración de la IA generativa hizo que se replantearan las habilidades requeridas para los puestos junior.

Las personas son lo primero

Desde 2015, los CEOs tienen que afrontar cambios en los patrones de trabajo ya que los empleados buscan más equilibrio, flexibilidad y una alineación entre sus creencias personales y el objeto de la organización. Este cambio hizo que los líderes exitosos situaran a los colaboradores en el centro de sus estrategias de crecimiento afianzando la relación con los empleados para retener y atraer talentos diversos y apoyar el crecimiento y la productividad.

La encuesta de este año mostró una convicción cada vez mayor de que la vuelta a la oficina está prevista en un futuro cercano. De hecho, el 83 por ciento espera un retorno total a la oficina en los próximos tres años, un porcentaje significativamente superior al 64 por ciento registrado en 2023. Otro 87 por ciento de los encuestados afirmó que es probable que recompense a los empleados que hagan el esfuerzo de volver a la oficina, con mejores asignaciones, aumentos salariales o ascensos.

Aunque la atención continúa centrándose en el debate sobre el lugar de trabajo, los CEOs reconocen que existen otras cuestiones relacionadas con el talento que podrían afectar su crecimiento futuro. Casi un tercio (31 por ciento) afirmó estar preocupado por los cambios en el mercado laboral, concretamente por el número de empleados que se jubilarán pronto y la falta de trabajadores calificados disponibles para sustituirlos.

En respuesta a la escasez de talento que se observa, el 80 por ciento de los CEO coincidió en que las organizaciones deberían invertir en el desarrollo de habilidades y en el aprendizaje permanente dentro de las comunidades locales para garantizar el acceso a futuros talentos.

Compromiso con ESG

En la última década, los CEOs renovaron su compromiso con ESG y la sostenibilidad como fuente de creación de valor. En 2015, clasificaron al riesgo ambiental como el que menos les preocupaba. Pero este año casi una cuarta parte (24 por ciento) reconoció que la principal consecuencia de no cumplir con las expectativas en materia de ESG sería dar una ventaja a los competidores, superando a la amenaza a su propia posición (21 por ciento) y los desafíos en torno al reclutamiento (16 por ciento).

Además, a pesar de la creciente politización de la agenda de ESG en algunos países, los líderes se mostraron especialmente sensibles al impacto que estas temáticas pueden tener en la confianza y la reputación de su organización. El 76 por ciento de los CEO dijo que estaría dispuesto a desprenderse de una parte rentable del negocio si dañara su reputación, mientras que el 68 por ciento afirmó que tomarían posición sobre un tema político o social controvertido, incluso si el directorio expresara preocupaciones al respecto.

Sin embargo, más de la mitad (66 por ciento) de los lideres admitió no estar preparado para enfrentar la evaluación y las expectativas de las partes interesadas con respecto a las cuestiones de ESG, lo que sugiere que planean tomar medidas para reducir estos riesgos. En respuesta a las crecientes presiones externas y de las partes interesadas, los CEO también parecen estar cambiando la forma de comunicar sus esfuerzos en materia de ESG.

En la encuesta global de este año, el 69 por ciento reveló que, si bien mantuvo las mismas estrategias relacionadas con el clima durante los últimos doce meses, se adaptaron el lenguaje y la terminología que utilizan interna y externamente para satisfacer las nuevas expectativas de las partes interesadas. Por ejemplo, las fuerzas políticas y sociales llevaron a algunas empresas a cambiar el lenguaje que utilizan, y algunas organizaciones prefieren utilizar términos generales como “sostenibilidad”, en lugar del término más amplio “ESG”. En la encuesta de este año el 69 por ciento de los CEO reveló que, aunque mantuvieron las mismas estrategias relacionadas con el clima en los últimos doce meses, adaptaron el lenguaje y la terminología que utilizan para satisfacer las necesidades cambiantes de las partes interesadas.

Resultó revelador que a medida que se acerca 2025, año en el que muchas organizaciones informarán sus objetivos medioambientales, el 30 por ciento afirmó que el mayor obstáculo para alcanzar sus ambiciones climáticas es la complejidad de la descarbonización de su cadena de suministro, un problema agravado por las actuales tensiones geopolíticas en todo el mundo y las actividades que afectan a las principales rutas comerciales mundiales.

La próxima generación de CEOs

Por último, además de seguir las tendencias de la última década, la encuesta de 2024 reveló un cambio generacional. Los líderes más jóvenes (78 por ciento de los que tienen entre 40 y 49 años) admitieron sentirse más presionados para garantizar el éxito a largo plazo de su empresa que los líderes de más edad (68 por ciento de los que tienen entre 60 y 69 años). Sin embargo, los más jóvenes también mostraron mayores niveles de confianza a la hora de afrontar algunos de los problemas críticos de su organización.

Aunque tienen menos confianza en que su organización pueda abordar todas sus prioridades de ESG simultáneamente en comparación con sus pares de mayor edad, confían más en su capacidad para hacer frente al control de las partes interesadas sobre las políticas de ESG. Un 43 por ciento de los CEO de entre 40 y 49 años se mostró confiado en comparación con el 33 por ciento de los CEO de entre 50 y 59 años y el 30 por ciento de los que tienen entre 60 y 69 años.

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