La oscura historia de la empresa que invirtió millones en Desamparados, ¿con un condenado por apuestas ilegales?


A principios de año Sportivo Desamparados vivió su campaña más ambiciosa en el Torneo Regional Amateur 2024/25. Llegó a la final del torneo y estuvo en la puerta del ascenso al Federal A. Sin embargo, tras la derrota ante Ben Hur, que lo sentenció otra vez a conformarse con el torneo local, todo se hizo cuesta arriba. La empresa que aportó millones y financió al plantel en el Regional, y hasta estampó su nombre en el pecho de la camiseta decidió pegar el portazo en marzo pasado, apenas un mes después de la final. Como consecuencia de esto, quedó una profunda crisis económica y jugadores sin cobrar. ¿Pero quién estaba detrás de AD1 Sport, la firma que llegó como salvadora y se fue en medio del campeonato doméstico? Hasta hoy hubo poca de información, guardada bajo siete llaves por la dirigencia del club con la que convino su llegada. Pero ahora se conocen detalles de su performance y sus dueños, tantos los que aparecen formalmente como de otros cuyo nombre sobrevuela. Como el de una persona con una condena judicial por manipulación de partidos: Brian Simone.

La empresa en cuestión fue constituida formalmente el 5 de julio de 2024. Según el Boletín Oficial de la Provincia de Buenos Aires, fue inscripta como “AD1 Sport Consultoría y Gestión Deportiva S.R.L.” y aparece con un capital inicial de apenas $600.000. Detrás de su fachada figuran dos nombres: Gerardo Moreira, de profesión chofer y oriundo de Lomas de Zamora, y Alan Depotte, un arquero del ascenso que asumió el rol de gerente y se transformó en la cara visible de la firma. El domicilio declarado es en Villa Elisa, partido de La Plata, y su objeto social es tan amplio como ambicioso: organización de eventos, representación de futbolistas, marketing, venta de indumentaria, desarrollo de software deportivo y gerenciamiento de instituciones, tanto públicas como privadas, en Argentina y el extranjero.

Pese a figurar como una estructura prometedora, la empresa no tenía antecedentes en el mundo del fútbol. Sin embargo, en 2024 es cuando inicia conversaciones con Desamparados. El mismo presidente del club, Augusto Pérez Garro, en febrero del año pasado mencionó la posibilidad de sumar capitales privados, aún cuando AD1 Sport no había sido constituida. Recién en plena competencia del Regional, el logo de la empresa gerenciadora apareció en la camiseta y varios jugadores comenzaron a cobrar sus sueldos con dinero aportado, en su mayoría, por esta misteriosa empresa.

Durante ese proceso, Pérez Garro fue siempre renuente a entregar información de la empresa privada con la que estaba negociando. Las pocas veces que se refirió en público, nunca amplió información sobre la empresa, incluso después de que se produjera el desembarco sin anuncio formal. Hasta hoy, el aún presidente del club mantuvo su postura de no identificar a los responsables de esa empresa. Sólo se limitó a dar su nombre, sin más comentarios. Tampoco se mostró dispuesto a hablar del tema ahora que se conocen a los responsables.

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Junto a Depotte también comenzó a circular otro nombre. Es el de Brian Simone, que no figura en los papeles del organigrama empresarial, pero que según fuentes consultadas por Tiempo de San Juan, tuvo un rol importante en las decisiones de Desamparados. De él, no hay constancia sobre su pertenencia a la empresa o al club. Pero sí hay una foto.

Futbolista, representante y excompañero de inferiores de Depotte en Independiente, hay mucha gente que dice haberlo visto en San Juan acompañando al plantel, en reuniones con jugadores y vistiendo pilcha con las siglas de la empresa. Una imagen suya en el Estadio del Bicentenario, con ropa de Desamparados y el logo de AD1, confirma su presencia en el entorno del equipo puyutano. Oficialmente no tenía ningún cargo. Hay quienes dicen que era una especie de mano derecha de Depotte, es una hipótesis de los testigos del paso de la empresa por Desamparados. Incluso, hasta este verano hay quienes aseguran haberlo visto en el amistoso del equipo contra la reserva de River en el Bicentenario.

Lo curioso de este caso es que Simone no es un desconocido en el mundo del fútbol y no sólo por su trayectoria, que lo vincula a clubes del ascenso como Belgrano de Zárate, Villa Belgrano de Junín, Defensores de Valeria del Mar y Victoriano Arenas de Avellaneda. Sino también por un antecedente que lo convierte en una figura polémica.

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En 2022, el representante fue el único condenado en el país por un caso de arreglo de partidos para favorecer a las apuestas ilegales. Ocurrió mientras representaba a jugadores del ascenso, cuando fue señalado en una causa judicial que investigó sospechosas derrotas del club El Porvenir. Según publicó el periodista Gustavo Grabia en Infobae, la fiscalía de Lanús a cargo de Martín Rodríguez determinó que existía una estructura dedicada a manipular resultados de partidos de divisiones menores a cambio de dinero, involucrando a futbolistas, agentes y posibles dirigentes. A pesar de la magnitud del caso, las presiones y el silencio entre los protagonistas hicieron que la causa avanzara solo contra Simone, quien recibió una condena de seis meses de prisión en suspenso tras aplicarle el artículo 24 de la Ley del Deporte, que pena con hasta tres años de prisión a todo aquel que por sí o tercero entregare una dádiva o promesa remuneratoria a fin de facilitar el resultado irregular de un partido o desempeño anormal de un participante.

El operativo que describían los testigos judiciales incluía sobornos para generar penales, goles en contra, córners o directamente perder partidos. La participación de Simone se acreditó mediante testimonios que coincidían en señalarlo como la persona que hacía los contactos y las ofertas económicas, según publicó Infobae. Si bien ese expediente no vinculó directamente a ningún club como institución, sí dejaba en evidencia la vulnerabilidad de equipos económicamente frágiles que podían ser blanco de estas redes.

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En Desamparados la apertura a empresas gerenciadoras, en medio del debate por las Sociedades Anónimas Deportivas, se dio a principio del año pasado. Desde un principio la idea no fue mal vista por la Comisión Directiva, de hecho el propio presidente de la institución, Pérez Garro, blanqueó en ese momento la posibilidad de sumar inversores a la institución puyutana, en medio de una incertidumbre económica por la inflación, el cambio de Gobierno y la merma en los subsidios que entregaba la anterior gestión provincial. Aparecieron tres grupos inversores y hubo reunión con todos. Pero hubo uno que sedujo y convenció más: AD1 Sport.

La firma llegó con algunos jugadores, entre ellos el exSan Martín, Marcos Figueroa, y también con el técnico Luis Murúa. Ambos también se desvincularon del club.

Claro que nunca se conocieron los términos del acuerdo entre Desamparados y AD1 Sport. No se difundieron los contratos, ni los montos que aportaba la entidad bonaerense al club sanjuanino. Solo se sabe que la empresa llegó a San Juan, puso dinero, gestionó durante algunos meses y rompió vínculos un mes después de que el ascenso al Federal A no se concretó.

Y si bien los aportes se cumplieron en tiempo y forma en el Regional Amateur – a excepción de un premio de 5 millones por haber accedido a la final, según aportaron fuentes confiables- había promesa para continuar en el Torneo Local y próxima competencia nacional. Sin embargo, algo se rompió. Dentro del vestuario puyutano trascendieron pedidos extraños. Hay fuentes que hablan de una sugerencia de “ir para atrás” en uno de los primeros partidos del Apertura del fútbol sanjuanino: el equipo no perdió, sino que ganó. A los días de este episodio, la empresa se fue sin dar explicaciones oficiales y el club se limitó a comunicar que “no se renovaría el convenio con la consultora deportiva AD1 Sport, por lo que el vínculo con la misma quedaba finalizado”.

Pero la desvinculación de AD1, que se concretó en marzo de este año, dejó un hueco financiero enorme. El propio presidente del club reconoció que los sueldos acordados en su momento fueron pensados en base al respaldo económico de la empresa. Sin ella y con ingresos reducidos por recaudación y sponsors limitados, Desamparados quedó con una deuda salarial que el próximo 15 de julio alcanzará los dos meses. La promesa de continuidad en el torneo local, que había sido parte del plan de AD1, quedó en la nada y la situación de Sportivo Desamparados ahora empeora día a día.

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