La Cámara de Diputados expropiará el lugar del descubrimiento de INGENIA PRIMA en Caucete.

Balde de Leyes, en  Caucete, se convertirá en un polo de investigación paleontológica tan importante como Ischigualasto, cuando en la sesión del jueves 10 los diputados tratara la expropiación de terrenos sobre ruta 141.

En ellos se encontró una nueva especie de dinosaurio, bautizada Ingenia prima, que es el más grande hallado hasta el momento en San Juan.

Sobre Ingentia prima

Según los científicos, Ingenia prima es el primer dinosaurio que alcanzó el gigantismo y si bien estuvo lejos de las 70 toneladas que pesaron los saurópodos más grandes de fines del Cretácico, la velocidad de acumulación de tejido óseo era mayor a las especies de su época y a los mayores gigantes que habitaron la Patagonia, en el sur de Argentina.

Se estima que la especie alcanzó entre 8 y 10 metros, ya que el ejemplar hallado, que medía entre 6 y 7 metros, era joven y se encontraba aún en desarrollo. Se calcula que pesó aproximadamente diez toneladas.

Un nuevo estudio realizado por investigadores del CONICET a partir del descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio, Ingentia prima, hallada en la localidad de Balde de Leyes, en la Provincia de San Juan, reveló que los primeros dinosaurios gigantes aparecieron, en realidad, cerca de 30 millones años antes que lo que se pensaba, durante el Triásico (unos 210 millones de años atrás). De acuerdo a los resultados de la investigación –publicados en Nature Ecology & Evolution– los dinosaurios en esta época llegaron a alcanzar cerca de 10 toneladas, un peso similar al de los primeros gigantes del Jurásico.

“El nombre de la nueva especie ‘Ingentia’ significa inmensa y hace referencia a su tamaño colosal para la época en la que vivía, en tanto que ‘prima’ indica que es el primer gigante conocido hasta hoy”, indica Cecilia Apaldetti, autora principal del estudio e investigadora asistente del CONICET en el Centro de Investigaciones de la Geósfera y la Biósfera  (CIGEOBIO, CONICET-UNSJ) y del Instituto y Museo de Ciencias Naturales  (UNSJ).

“El estudio revela además, que la nueva especie se encuentra cercanamente emparentada a una especie ya conocida del Triásico de la Argentina y otra de Sudáfrica, lo que nos llevó a definir una nueva familia de dinosaurios: Lessemsauridae”, explica Diego Pol, investigador principal del CONICET en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF), y uno de los autores del trabajo. “Esto confirma la conexión de ambos continentes y evidencia la gran radiación y éxito evolutivo que tuvieron estos dinosaurios herbívoros durante casi toda la era Mesozoica”, agrega.

Lo que diferencia a las especies de este nuevo grupo es una estrategia de crecimiento novedosa que los distingue tanto de los saurópodos gigantes del Jurásico como de las especies más primitivas con las que coexistieron en el Triásico.

“Mientras los dinosaurios gigantes del Jurásico crecían de manera acelerada y continua hasta llegar a ser adultos, los dinosaurios primitivos del Triásico lo hacían de forma estacional, de manera similar a lo que vemos en el crecimiento de los árboles. Lo que diferencia a estos primeros gigantes de la familia Lessemsauridae es que crecían de manera cíclica pero extremadamente acelerada. Lo más sorprendente es que durante la estación de crecimiento acelerado lo hacían a una velocidad aún mayor a la de los gigantes que crecían de manera continua”, explica Ignacio Cerda, investigador adjunto de CONICET en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN) y coautor del trabajo.

Esta información pudo obtenerse gracias al estudio de la microestructura interna de los huesos, la cual permite conocer, entre otros aspectos, de qué forma crecían los dinosaurios y otros animales extintos.

“Las rocas triásicas de Balde de Leyes complementan la historia que conocíamos de los principales grupos de vertebrados que surgieron unos millones de años antes y hoy vemos preservados en Ischigualasto, por ejemplo. Este nuevo yacimiento además contiene rocas de edad Jurásica con un alto contenido fosilífero, lo que da una continuidad de información acerca de la historia evolutiva de estos animales que se originaron, diversificaron y conquistaron casi todos los ecosistemas terrestres durante el resto de la era Mesozoica”,

Tiempo San Juan / CONICET

 

ULTIMAS NOTICIAS

Publicidad