La producción de algodón en Argentina se presenta como marginal y se ubica como un jugador secundario en el mercado mundial. En este sentido, la mitad de la fibra producida – la de mejor calidad – es utilizada por la industria textil argentina, y la otra mitad tiene por destino países como Pakistán, China, India y Vietnam, por citar algunos del sudeste asiático.
Por ello, tal como comentó al programa “Nuestra Tierra”, de Radio Perfil, Carlos Almiroty, quien es presidente de la Cámara Algodonera Argentina y también productor de Chaco, no sería extraño que alguna remera que diga “Made in Pakistán”, cuente con algún trazo de algodón argentino. “Así funciona el mercado mundial del algodón”, aseguró.
Almiroty ponderó el trabajo que viene realizando no solo la producción local del algodón, sino también la industria hilandera y textil local, ya que “como tantos rubros en la Argentina, sobrevivió y es muy competitiva”.
“Se ha ido equipando y acompañando la evolución del negocio algodonero en el mundo. Por lo tanto, el productor agropecuario argentino en general, y allí el algodonero no es una excepción, juega en súper primera, y muchas veces sin los elementos que tienen los productores agropecuarios de otros países, por las restricciones que ofrece la economía local”, marcó.
La falta de lluvias durante el verano impactó sobre la producción de algodón en el norte argentino.
Problemas productivos
Pero más allá de eso, los problemas productivos afloran en esta cosecha. Así, el titular de la Cámara Algodonera calificó de “atroz” el calor vivido en los campos del norte argentino durante el último verano, donde se registraron “más de dos meses sin lluvias” y también temperaturas que “por la noche rondaban los 35 a 37 grados”.
La falta de humedad y lluvias, sumado a las altas temperaturas, tal como indicó Almiroty, tendrá su impacto en la calidad del algodón que se cosechará hasta el próximo mes de agosto.
“Por eso este año, hemos perdido bastantes kilos respecto a la producción de fibras proyectadas. Ahora que arrancamos la campaña, vemos que la calidad es bastante mala. Esperamos que el algodón que vaya apareciendo mejore en la medida que esta adversidad climática que describí no lo haya afectado tanto. Lamentablemente va a ser un año en el cual la calidad va a ser una variante que va a complicar al productor de algodón”, explicó.
Por otro lado, Amiroty comentó que la mitad de la producción de fibra de algodón, la de mayor calidad, es adquirida por la industria local, quien paga un valor que mejora el valor FOB, es decir, el precio que el producto recibe para su exportación en las bodegas de los buques.
“Importar estas materias primas sería mucho más caro”, reconoció Almiroty. Asimismo, la otra mitad, la de una calidad inferior, tiene por destino países como Pakistán y China, entre otros del sudeste asiático. Allí está el grueso de la industria textil en el mundo.
RV / Gi