Un día, a mediados de 2020, Karina Milei tuvo una revelación: Dios le comunicó que su hermano tenía que meterse en política ya que había sido profetizado que sería Presidente. Cuando se convirtió en diputado, un año después, volvió a asegurarle a su hermano que aquel era su camino, a pesar de que la mayoría de su espacio quería ir en búsqueda de la Ciudad en 2023. La noche anterior al ballotage con Sergio Massa insistió en la misma línea metafísica. “Ya Dios vaticinó tu victoria”, le dijo. Ahora la historia vuelve a repetirse: en los días previos a las elecciones legislativas, cuando el pesimismo copaba los ánimos en el Gobierno, había una sola persona cerca del Presidente que estaba confiada en que La Libertad Avanza iba a obtener un contundente triunfo.
Sea por una enorme casualidad, por una estrategia finamente calculada o efectivamente por obra de un plan divino, lo cierto es que los acontecimientos volvieron a darle la razón a la menor de la familia. Este triunfo, que ella siente propio, era el momento que había estado esperando en los últimos tiempos. Ahora ni su hermano la va a poder frenar.
Al ataque
Días antes de las elecciones, Mariano Cúneo Libarona redactó su renuncia como ministro de Justicia. Cansado de la gestión, del doble comando en su cartera -donde Santiago Caputo tiene empoderado a uno de sus soldados, Sebastián Amerio-, con ganas de irse a vivir al exterior y con el oído caliente por escuchar las súplicas de su esposa, tomó esa resolución y hasta la filtró a los medios Clarín e Infobae. La decisión estaba bien encaminada hasta que se enteró la secretaria general. Temerosa de que la ausencia de Cúneo Libarona le allanara el camino al hombre del “Mago del Kremlin” en esa área, le pidió al abogado que aguantara un tiempo más en su lugar. Dicho y hecho: lo que Karina quiere, Karina tiene.
Un tiempo atrás había sucedido algo muy parecido. El día siguiente a la derrota electoral en Buenos Aires, en septiembre, gran parte del oficialismo quería ver afuera a “Lule” Menem. El armador de la hermanísima, detestado hasta la médula por el caputismo, había sido además salpicado por las denuncias de corrupción en el área de Discapacidad y todo apuntaba a que iba a dejar su lugar. De hecho, a la secretaría de Legal y Técnica había llegado el pedido de formular una carta de renuncia, hasta que esa noticia llegó a los oídos de la hermana.
Los dos episodios muestran el poder creciente de Karina sobre el Gobierno, correlato del monopolio emocional y espiritual que siempre tuvo sobre su hermano. En la previa a las elecciones, sus enemigos internos se aferraban a una esperanza: un fracaso electoral que golpeara a la responsable del armado, alguien que había insistido en tener candidatos libertarios en las 24 provincias frente a la tesis del asesor presidencial que prefería cerrar alianzas con gobernadores afines.
De hecho, en la antesala a que se abrieran las urnas, Caputo y los suyos se encargaron de hacerle saber a medio periodismo argentino que el “Mago” tenía todo listo para tomar el control de la jefatura de Gabinete, el ministerio del Interior y algún que otro lugar más. De nuevo el espejo: luego de las elecciones bonaerenses, el asesor había hecho correr la misma bola sobre su tan anunciado “takeover”. En ambas ocasiones, esas operaciones mediáticas habían llegado hasta los oídos de Karina Milei, que, cada vez que ve el nombre de su enemigo escrito en un medio, ve también la mano del propio asesor detrás.
Los que están empapados en esa interna entendieron rápido lo que fue el primer mensaje del domingo electoral. A la tarde, cuando los resultados aún no se sabían pero ya empezaban a crecer los rumores de un triunfo libertario, la secretaria general hizo algo inédito: por primera vez en su historia política decidió salir a hablar con la prensa. No es que antes no lo hubiera hecho, muy esporádicamente, pero siempre que eso ocurrió ella trabajaba antes su aparición pública con su equipo, ensayaba las frases, las repetía, se preparaba. Lo del día de las elecciones fue ese instinto de “killer” que lleva en la sangre: en la puerta del Hotel Libertador, con Martín Menem al lado, destacó el labor de ambos como “como presidente y vicepresidente del partido”. El mensaje fue transparente como el agua, una idea que en los días siguentes ella y su equipo se encargarían de hacer saber: la gran artífice del triunfo había sido Karina.
Ahora la secretaria general se animó a soñar en grande. Su propio equipo está haciendo circular el mensaje de que Manuel Adorni, ladero de Karina, será el proximo jefe de Gabinete. Por ahora, Guillermo Francos (ver recuadro) resiste en su puesto, pero la insistencia de la hermanísima con ese lugar pone todo en duda, amén de las pocas ganas del por ahora vocero de ir a parar a la Legislatura porteña. Sería toda una novedad que la secretaria general no se quede con algo que ambiciona tanto. También activó otro viejo anhelo de su equipo, en especial de “Lule” Menem: atacar las cajas de Caputo, empezando con YPF, deseada no sólo por su importancia sino por el acceso a medios amigables que esa caja, la canilla de pauta publicitaria más importante, significa. La SIDE, otra área que controla Caputo, también está en la mira
Del lado del asesor se preparan para dar pelea. Por un lado hubo todo un operativo para achacarle la victoria a “las fuerzas del cielo”: que el éxito electoral estuvo dado por los aportes del “Mago” a la campaña, en especial por la narrativa de que “el esfuerzo valga la pena” que se vio en los discursos del mandatario y en distintos spots, y por los actos del Presidente, como el del Movistar Arena. No es la única línea de combate. La otra que preparan es cobrar caro la “obligación” de que Caputo asuma un cargo, algo que el asesor resistió hacer durante casi dos años, para molestia de gran parte del Gabinete que veía cómo se metía en todas las áreas sin pagar ningún costo jurídico al no tener firma. Al momento del cierre de esta edición, esa moneda estaba aún en el aire, aunque la mayoría del oficialismo empezaba a dar por descontado que algún lugar formal el “Mago” va a terminar teniendo.
Así las cosas, lo más probable es que el empate hegemónico entre los dos bandos continúe, con la diferencia de que Karina estará aún más empoderada. El Presidente, que suele confundir vínculos de afecto con esas amistades que jamás tuvo, se resiste a desprenderse de su “amigo del alma”.
Hay equipo
El domingo a la madrugada, la cuenta de “Lule” Menem en X se activó por segunda vez. La primera había sido meses atrás, cuando sacó un comunicado para despegarse del escándalo de las coimas. Ahora estaba por sacar pecho: “Por primera vez LLA se presentó como partido nacional en una elección. Eso fue posible por el liderazgo del presidente y por el trabajo incansable de la presidente del partido, Karina. Sin ese esfuerzo nada sería posible”. Al día siguiente, Martín Menem hizo lo mismo en una entrevista en La Nación +. Cuando le preguntaron por la interna, minimizó a sus rivales y aclaró: “Seguimos el camino de Karina”. Todos los rivales de los “musulmanes”, como los llaman con desprecio, ven lo mismo detrás de estos mensajes: la intención de usar a la secretaria general de catapulta. “Es que no armaron un partido oficialista, armaron un partido menemista. Les responden a ellos, no al Gobierno”, dice uno de sus rivales en la Cámara.
Esta es la tesis de que la mayoría de los candidatos nacionales que encabezaron las listas y que ahora irán al Congreso fueron seleccionados a dedo por los Menem. Ahí sus rivales destacan el caso de los elegidos para Jujuy (Alfredo González), Catamarca (Adrián Brizuela), Formosa (Atilio Basualdo), Chaco (Juan Cruz Godoy), y Neuquén (Nadia Márquez), entre otros. Gracias a este empujón, Martín será revalidado como presidente de la Cámara y “Lule” como armador nacional. Ahí el proyecto no es ningún secreto: en esa familia sueñan con ver a Martín como gobernador de La Rioja, mientras que, en el presente, quieren extender la influencia de Diputados hacia el Senado.
El caso con Sebastián Pareja es similar. El hombre, que mandó a los suyos a corear “para Pareja la conducción” en el búnker de la victoria, se imagina como gobernador de Buenos Aires en 2027. Para respaldar sus pretensiones tiene a una veintena de legisladores bonaerenses -que seleccionó personalmente para el cierre de listas en la Provincia- y cuatro diputados nacionales -entre quienes está él mismo-, además del cargo de presidente de LLA en Buenos Aires. ¿Qué margen tendría Karina Milei si quisiera volcarse por otro candidato? Es un problema en puerta porque Diego Santilli ya manifestó en público, luego de las elecciones, sus intenciones de ir en búsqueda de esa gobernación. La pelea entre ambos será sólo una cuestión de tiempo, como bien podría atestiguar José Luis Espert, que tuvo varios roces en el pasado con Pareja por ese mismo lugar.
Además, el armador bonaerense atraviesa momentos de éxtasis. El martes 28 le envió un audio “emocionado” a los 135 referentes libertarios de cada distrito bonaerense -una manera apenas sutil de marcar el territorio-, a la vez que uno de sus hombres, el puntero morenense Ramón “El Nene” Vera, se encargó de que todo el oficialismo se enterara de la trompada que Pareja le puso a Esteban Glavinich, conocido en las redes por su usuario troll @traductorteama. Eso fue en hotel en San Nicolás, luego de la recorrida de Milei en Rosario, producto del enojo del dirigente con el tuitero, más cercano al caputismo aunque en los papeles es un electrón libre. Según el relato de Vera, la piña de Pareja, que acumula largos años de peronismo en el Conurbano, fue teledirigida y de nocaut.
Si fuera otro espacio, quizás la noticia de los armadores tan empoderados sería buena para quien se supone que los controla. En este, la historia indica otra cosa: cuando la menor de la familia rompió con Carlos Kikuchi, el armador nacional hasta el triunfo presidencial, “El Chino” se armó su propio bloque en la Legislatura bonaerense, primero con nueve diputados y tres senadores. ¿Volverá a repetirse la historia? Por ahora, lo que avanza, a toda velocidad, es Karina Milei.
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