Firme y sin dudar, el Papa Francisco disparó munición gruesa contra el Gobierno con distintas frases categóricas. Condenó la represión en una marcha de jubilados y habló de un caso de corrupción, del que no dio precisiones.
“Me hicieron ver un filmado de una represión de hace una semana, menos quizás. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad”, dijo.
Luego, apuntó: “en vez de en vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta”. Después, se encargó de relatar un presunto hecho delictivo que ocurrió en la administración nacional. Según relató Francisco, un empresario extranjero le contó que un funcionario argentino le había solicitado una “coima” a cambio de un proyecto de inversión.
Acto seguido, mencionó: “El diablo entra por el bolsillo, no se olviden”.
Francisco no solo acumuló frases. Desde que asumió Javier Milei, el 10 de diciembre pasado, recibió a muchos dirigentes opositores, de perfil muy alto, y no dudó en pararse en la vereda de enfrente de Javier Milei en temas sensibles para el libertario, como la privatización de Aerolíneas Argentinas. Y se despachó frente a Juan Grabois, un enemigo del Gobierno, con un duro cuestionamiento a la represión que ordenó Patricia Bullrich, la ministra.
En concreto, después de hablar una hora con el jefe de Estado el 12 de febrero, y de recibir al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, dos días más tarde, el Papa recibió el 12 de junio a Juan Pablo Brey, secretario general de Aeronavegantes, uno de los principales sindicalistas aeronáuticos, hoy uno de los blancos del oficialismo. Y no dudó en posar con una bandera de la aerolínea estatal junto con Brey, una imagen que fue planificada con antelación.
Un día más tarde, recibió a otro dirigente opositor a La Libertad Avanza, Axel Kicillof, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Un encuentro de larga duración donde no faltaron sonrisas. Al mes siguiente, estuvo con Ricardo Quintela, mandatario de La Rioja. ¿Otros encuentros? El último lunes recibió a la cúpula de la CGT. De acuerdo a uno de los dirigentes que participó de ese cónclave, Francisco les pidió que “defiendan la justicia social”.
El 17, el líder de la Iglesia Católica estuvo con la ministra Sandra Pettovello, pero no aparecieron imágenes. Todo lo contrario a lo sucedido este viernes, cuando Francisco encabezó el décimo aniversario del primer encuentro mundial que reunió a organizaciones de trabajadoras y trabajadores humildes, excluidos y sin derechos de los cinco continentes.
Grabois estuvo en primera fila junto con Alejandro Gramajo, el hombre de la UTEP que hoy aparece como mediador entre las distintas alas de la CGT. Hubo varias fotos que exhibieron la sintonía entre Grabois, a quien la administración libertaria acusa de hechos de corrupción.