Cathy Woods fue encarcelada en 1980 por el asesinato de una estudiante de la Universidad Nevada en Reno (Estados Unidos). La ley prevé que la mujer de 68 años reciba 3,5 millones de dólares.
Luego de 35 años presa, la mujer fue liberada gracias a un nuevo análisis de evidencia de ADN y con tecnología que existía cuando fue condenada.
El caso de Woods marcó un récord ya que se trata de la mayor condena injusta en la historia de Estados Unidos. Y por ello, ahora el Estado deberá pagarle a la mujer -de 68 años- una millonaria indemnización.
Dicha cifra ascendería a 3,5 millones de dólares según una nueva ley de Nevada, que prevé 100 mil dólares por cada año que una persona pasó encarcelada de forma errónea.
“Aunque ninguna cantidad de dinero compensará a la Sra. Woods por lo que sufrió, esto al menos contribuirá a brindarle atención”, dijo su abogada, Elizabeth Wang, quien confirmó que no retiraron las demandas contra la ciudad de Reno y los ex detectives que la acusaron del crimen.
Mientras espera la realización del juicio federal contra el Estado para recibir la indemnización que la hará millonaria, Cathy vive con sus familiares cerca de la ciudad de Anacortes, Washington.
El caso
En 1976 el auto de la estudiante Michelle Mitchell se descompuso cerca de la Universidad de Reno cuando se dirigía a una tienda a comprarle jugo de naranja a su padre.
La joven llamó a su madre para que la recogiera pero, cuando arribó al lugar a 20 minutos después, Michelle ya había desaparecido.
El cuerpo de Mitchell fue hallado por una pareja en el piso de su garaje cuando regresaron a su casa esa noche. Tenía las manos atadas a la espalda y la garganta cortada.
El asesinato, aparentemente aleatorio, generó pánico en la comunidad local y la Policía inició una de las investigaciones más intensivas en la historia de la ciudad.
Las ventas de armas a mujeres se multiplicaron y la histeria se disparó con supuestos reportes de un maníaco suelto que atacaba con un cuchillo. Y un año después los investigadores aún no tenían pistas certeras.
Al cumplirse tres años del homicidio, Cathy Woods – exgerente de un bar de topless- fue ingresada en un hospital psiquiátrico de Louisiana. De acuerdo con las autoridades, ella transmitió al personal su intención de confesarle a la Policía que le había cortado la garganta a una muchacha de nombre Michelle.
Según esa versión, Woods le contó a los detectives que había matado a Mitchell porque ella burló de su insinuación sexual. Según su abogada, esa declaración fue forzada por los agentes.
Lo cierto es que con el informe de confesión de Woods, la mujer llegó a juicio, fue declarada culpable en 1980 y recibió la sentenciada a cadena perpetua. La condena fue revocada cinco años después y se realizó un nuevo proceso, en el que otro jurado condenó otra vez en 1985 a Cathy a perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Muchas décadas después se revisaron evidencias del caso. La clave fue una colilla de cigarrillo dejada en la escena, que fue analizada con un nuevo examen de ADN y arrojó la coincidencia con otra persona.
A Woods se le otorgó la chance de enfrentar un tercer juicio y, gracias a los resultados de las nuevas pericias, el Estado decidió retirar todos los cargos contra la mujer. Cathy fue exonerada en septiembre de 2014.
Fuente: diariosanjuan19.com