La Puna salteña fue su lugar de nacimiento y por su condición humilde, Luis Vacazur, colla de origen, se ganó la vida mucho tiempo vendiendo rocas volcánicas y chucherías en el Tren de las Nubes, o sacándose fotos con una llama para recibir propinas de los turistas. Por entonces no soñaba en convertirse en el empresario exitoso que es hoy.
Sin embargo, por su instinto de superación y empeño con el tiempo entró a la minería, fundó la empresa GVH; y en 30 años construyó un imperio que factura 10 millones de dólares al año. Empezó con una combi y hoy cuenta con una flota de 80 vehículos, según quedó plasmado en la entrevista que brindó a Forbes.
No es todo. Vacazur también ha luchado por su comunidad hasta convertirse en un referente del sector al fundar una cámara empresaria para que los pueblos originarios se conviertan en proveedores de la industria minera.
Su historia
“Yo nací en San Antonio de los Cobres y crecí como parte de la etnia Colla. Naturalmente, el originario o el nativo tiende a tener una confrontación con las empresas mineras que llegan a la región, pero por una cuestión de idiosincrasia y por falta de información”, expresó en la entrevista.
A pesar de los desafíos que enfrentó en su camino, Vacazur logró superarlos y convertirse en un exitoso empresario minero. Su historia es un ejemplo de cómo la determinación y la perseverancia pueden llevar a alguien a alcanzar sus objetivos, incluso en un sector tan competitivo como la minería.
La empresa GVH, se ha convertido en un referente en el sector minero argentino, y su compromiso con el desarrollo de la comunidad es un ejemplo a seguir para otros empresarios.
“Sin minería, ¿de dónde íbamos a sacar los empleos de todos los emprendedores y los trabajadores de la puna?”, se preguntó Vacazur. “Hoy en la Cámara empleamos a más del 15% de la población de San Antonio de los Cobres”, indicó.
Proveedor minero
En octubre de 1999 hizo su primer servicio de transporte de pasajeros mineros. Tenía 22 años y fue el contratista más joven de Argentina de la empresa Río Tinto, por perseverancia: un día se rompió la combi contratada oficialmente, y Vacazur que había logrado comprar su propia combi con muchos préstamos, y que todas las semanas tocaba la puerta en la minera en busca de trabajo, estuvo allí. Contó que lo llamaron para hacer una prueba, probó un mes y ya pasaron 25 años.
En el 2002 se compró una segunda combi que termino pagando al triple por la devaluación y crisis económica de aquel momento. Pero no bajó los brazos y para el 2010 ya tenían ocho vehículos de pasajeros y decidió crear la división cargas. “Ya, en 2013, más acomodados, decidimos armar la primera cámara pyme de los pueblos originarios”, destacó.
Hoy esa cámara de prestadores mineros cuenta con 72 socios, todos de pueblos originarios. Y de los primeros que arrancaron ninguno tiene menos de 100 empleados.
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La empresa actual
La empresa GVH tiene una flota de unos 80 vehículos y una facturación de aproximadamente 10 millones de dólares al año. Su actividad principal es logística en alta montaña: hace cargas, guía escoltas, transporte de pasajeros y se ha especializado en el manejo de emergencias químicas.
También cuentan con ambulancias para brindar un servicio de soporte médico en movimiento para servicios logísticos, y tiene equipos para brindar asistencia en accidentes en ruta, equipos de prevención de incendios, servicios de cargas frágiles y hasta chárter aéreos.