La casucha metálica de color rojo se roba todas las vistas a unos 5 kilómetros a la redonda. Es prácticamente imposible no verlo en medio de la paleta de marrones y verdes secos que regala el paisaje de este rincón de Ullum, muy cercano al ingreso de los Baños Termales de Talacasto.
Precisamente esta fuente natural repleta de propiedades da nombre al kiosco que desde hace 5 meses instaló Mariela Carrizo junto a su esposo al costado de la Ruta Provincial 436. Fue una apuesta arriesgada en el medio de la nada, pero desde su apertura no ha parado de crecer y sumar ‘servicios’ y productos para ofrecer a los clientes que terminan agradeciendo su presencia en la mayoría de los casos.
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“La verdad que yo no esperaba que la gente nos ayudara de la manera que lo está haciendo. Cada día pasan muchas personas, algunos por trabajo y otros por turismo, y la mayoría se termina parando. Sin ir más lejos, el otro día se paró un colectivo de la empresa El Triunfo y bajó un contingente con estudiantes de universidades de todo el mundo que venían a ver y estudiar los fósiles marinos que hay en los Baños Termales de Talacasto. Yo no lo podía creer. Estadounidenses, coreanos y de otras partes del mundo me terminaron comprando todas los semitones que tenía en ese momento”, repasó Mariela, aún con el brillo de la sorprendente experiencia reflejado en sus ojos.
El humilde comercio está ubicado en suelo ullunero junto a una vieja construcción que se encontraba en total estado de abandono y que Mariela y su marido –“tras preguntar y pedir permiso a sus verdaderos dueños” terminaron reaconcionando de la mejor dentro de sus posibilidades para contar con un techo y cierta intimidad.
Estadounidenses, coreanos y de otras partes del mundo me terminaron comprando todas los semitones que tenía en ese momento Estadounidenses, coreanos y de otras partes del mundo me terminaron comprando todas los semitones que tenía en ese momento
“SI bien mi marido trabaja en los Baños de Talacasto, no hay mucho más trabajo por esta zona y por eso decidimos empezar este emprendimiento. Sabíamos de ante mano que no era el mejor lugar porque no tenemos luz, ni agua potable. Nuestra fuente de energía son un par de baterías que vamos alternando en función de la carga que nos brinda un panelcito solar que nos han prestado y con eso nos vamos dando vuelta”, explicó la señora Carrizo, quien recientemente colocó un cartel pidiendo que aquellos que puedan les donen agua.
Ante sombrío panorama, Mariela le pone la mejor de las ondas y hasta se las arregla para brindar hasta un plato de comida a los camioneros que por ahí necesitan hacer un alto en el camino para descansar.
Además, mirando con mucho optimismo al futuro, la dueña del simpático kiosquito tiene proyectado un sencillo plan de forestación –de unos 4 o 5 árboles- que permita ampliar el espacio de sombra de una zona en la que sol pega de lo lindo, especialmente en la temporada estival. Además, está futura protección vegetal también permitirá combatir las heladas de las estaciones más frías.
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Doña Carrizo también precisó que ha empezado conversación para ver qué posibilidades existen de poner un parador de la Red Tulum junto a su kiosco. “Eso permitirá que la gente que quiera venir a los Baños de Talacasto tengo un lugar para bajarse y al mismo tiempo sería un llamador de potenciales clientes para nosotros”, comentó Mariela, quien espera tener la oportunidad de conversar con alguien del municipio de Ullum para obtener alguna ayuda que permita reforzar la precariedad de su prestada morada, como así también entablar algún tipo de vínculo que realce la actividad turística del municipio en ese rincón de la ruta 436.