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Fueron un total 16 tormentosas fechas. Si bien le sacó provecho a algunos partidos con dos victorias y tres empates, el equipo nunca estuvo afianzado para hacerse fuerte fecha a fecha. Le costó mucho adaptarse a Primera y mucho más, combinar a la columna vertebral del ascenso con los 17 refuerzos que llegaron en el mercado de pases. El análisis jugador por jugador.
Matías Borgogno: uno de los pilares del plantel. Titular indiscutido, una pieza clave y salvador de partidos. El capitán supo salir de contra rápido, estar firme en los mano a mano y tapar pelotas claras de gol.
Rodrigo Cáseres: ficha del ascenso. Fue uno de los que se apostó para esta Primera División y si bien tuvo algunos partidos interesantes en el arranque del torneo, su presente tuvo algunos altibajos con los ‘tanques’ de la máxima categoría.
Dante Álvarez: otro caudillo del ascenso. Lateral rápido y proyectado en ataque. De los más veloces del equipo, que es por esa cualidad, se quedaba de último en las pelotas paradas.
Alejandro Molina: su nivel fue en aumento. No era de la consideración de Antuña en los primeros partidos y con el correr de las fechas fue peleando por un puesto hasta encontrarlo. Firme abajo, pero con poca altura, eso fue un dilema en la contra de los volantes rivales. Se pinchó en las últimas fechas. Fue uno de los jugadores que más faltas cometió (31).
Luciano Recalde: llegó como refuerzo de jerarquía por su pasado en Rosario Central, pero jugó pocos minutos en el primer equipo. Acompañó a Cáseres en la zaga, pero fue perdiendo protagonismo.
Damián Adín: el central es otro de los refuerzos del mercado de pases. Desde su llegada no sumó minutos y eso ¿complica su estadía en Concepción?
Esteban Burgos: arrancó siendo suplente en las primeras fechas, pero a la mitad del campeonato se sumó como dupla de Cáseres en la zaga de centrales. Le aportó altura y quite en las pelotas de contra. Estuvo cerca en varias situaciones de convertir de cabeza.
Hernán Lópes: uno de los defensores más participativos: por cabezazo, quite y pelotas aéreas. Sumó varios minutos interesantes en el equipo. Fue titular en los últimos encuentros.
Tomás Lecanda: apareció en las últimas fechas del campeonato. Llegó como refuerzo de lujo por su pasado en River y aunque le costó encontrar su lugar en el equipo, se lo ganó y la gente se lo reconoció. Altura, tiempista y ese roce de experiencia.
Lucas Diarte: flojo lo del tucumano. Reemplazó en los primeros partidos a Dante Álvarez, pero no hizo mucho mérito para comprar su estadía. El hincha lo cuestionó por sus errores y fue perdiendo protagonismo.
Nicolás Pelaitay: sanjuanino y capitán. Perdió pisada y a pesar de tener peso local, fue reemplazado en los últimos encuentros por Watson y otras oportunidades por Diego ‘Pulpo’ González. No se lo vio cómodo, le faltó aire y no se amoldó a la primera categoría.
Sebastián González: carta importante por tratarse de él. Muy querido en el club por los años que lleva y por haber adoptado la camiseta. Soldado del ascenso, titular con Antuña y en la era Romagnoli, le costó pelear por un puesto. Le anotó un golazo de tiro libre a Belgrano (el segundo +3 de los 9 puntos del campeonato).
Juan Cavallaro : irregular la campaña en el verdinegro. Jugador que hace la diferencia, pero siempre una de más. Mucho juego individual, pero le falta conectar más con sus compañeros.
Ayrton Portillo: parte del once a mitad del Apertura. Se ganó su lugar por ir de guapo por la banda y tirar centros al área. Fue bajando ritmo en lo último y el disgusto del hincha se hizo sentir.
Gastón Moreyra: apenas dos apariciones en campo -una titular- y pocos minutos. Llegó de Godoy Cruz, pero no fue de la consideración del técnico de turno.
Tomás Escalante: poco protagonismo. Tuvo más participación en el plantel de Antuña que con Romagnoli, que muchas veces lo dejó afuera de la lista de citados ni lo hizo jugar cuando lo llevó al banco.
Nicolás Watson: el cordobés fue en escala. De no integrar la lista a ser titular y dueño de la mitad. Reemplazó al sanjuanino Pelaitay y se destacó por el quite y hacer de eslabón entre el fondo y arriba. Fue figura en el Clásico de Cuyo. Terminó el campeonato amonestado.
Sebastián Jaurena: podría habar dado más. Se notó la falta de categoría pese a que tuvo ráfagas de buen juego. Su presente en el semestre fue irregular.
Gino Olguín: disputó apenas tres partidos, de los cuales no jugó más de 70 minutos. Venía como soldado del ascenso, pero se sintió y le costó seguir el ritmo de Primera. Se notó la falta de velocidad y de meterse con la dinámica de la categoría.
Marco Iacobellis: podría ser uno de los puntos más altos junto a Borgogno por su estilo y lo que entrega en el fecha a fecha cuando le tocó, pero por una patada se perdió partidos importantes y ante Aldosivi volvió a retirarse del campo expulsado por doble amarilla.
Diego González: el hermano del Pulpito se sumó al Verdinegro en marzo. Mediocampista de trayectoria, que le aportó su granito de arena cuando le tocó. Romagnoli lo dejó ser en la mitad y jugar suelto. En Copa Argentina fue titular y jugó más de cinco partidos desde el arranque.
Maximiliano Casa: al igual que Damián Adín, Casa no tiene puntuación. Jugó el primer partido frente a Atlético Tucumán y desde ese entonces estuvo borrado de la lista, hasta que frente al Tiburón volvieron a convocarlo pero no entró. El hincha lo pidió siempre.
Horacio Tijanovich: irregular, punzante y peligroso en algunos partidos. Podría haberse destacado más pero le faltó un socio en tres cuartos para arriba.
Federico González: delantero del ascenso. Fue segundo del titular, pero cuando hizo su ingreso no le puso aportar mucho al equipo. Peso arriba, pero poca pelea para concretar una llegada con peligro. Sobra experiencia, pero se sintió su ausencia en la categoría.
Ezequiel Montagna: uno de los futbolistas más queridos por su regreso a Concepción, ser verdugo de Godoy Cruz y querer la institución. No jugó nada. Titular con el Decano, ingresó de suplente en otro duelo más, pero lo ‘limpiaron’ de la lista. ¿Qué pasó con él? se llegó a escuchar por los pasillos del Hilario que no era del gusto del DT.
Edwin Pernía: llegó como carta dorada. Es que el venezolano fue goleador en la primera categoría de su país, pero no funcionó. Al menos sus tantos no llegaron a San Juan y estuvo ausente cuando le tocó entrar. No mostró carácter ni presencia en el equipo, mucho menos hizo daño al rival ni llevó peligro.
Franco Toloza: jugador del ascenso, pero de los pocos que sacó la diferencia en Primera. Le aportó peso arriba, rebotó para sus compañeros y pese a la escases de los goles, en el partido que tuvo que aparecer, estuvo: le marcó a Godoy Cruz y por su tanto, el clásico quedó en el Hilario Sánchez. Le ganó la pulseada a los delanteros.
Tomás Fernández: los primeros partidos fue protagonista, pero después no se lo vio más ni tampoco se lo llevó al banco de suplentes. Su aporte fue interesante por la banda, pero no lo volvieron a convocar y cuando estaba, no hizo su ingreso.
Federico Anselmo: aguantó en algunas, pero su juego no resaltó. Llegó del fútbol de Rumania, con experiencia en el fútbol argentino, pero no pudo hacer diferencia. Titular en los primeros encuentros, un gol y después afuera por el ex Quilmes.
Jonathan Menéndez: poco del ex Independiente. Si bien cuando tomaba la pelota hacía la diferencia, le faltó asociarse más con sus compañeros y afinar las terminaciones en ataque. Su pasado en el Rojo lo dejó bien posicionado cuando arribó en el mercado, pero se pinchó en sus presentaciones.