Con el paso del tiempo cada vez son más las mujeres que ganan espacios de poder abriendo el camino a las generaciones futuras, pero aún puede notarse esa desigualdad que nos llevó a tener que discutir por ejemplo sobre una ley de cupo, para que sea una norma la que establezca las reglas de un juego que desde los inicios fue injusto para el género femenino. Para conmemorar este día y reflexionar sobre su importancia, seis mujeres sanjuaninas, influyentes en sus respectivos campos, brindaron sus miradas coincidiendo en un mismo mensaje: nunca dejar de creer y confiar.
Alejandra Leonardo, primera mujer en asumir la presidencia de la UCR en San Juan; Guadalupe Aguiar, actual secretaria general de SiDUNSJ, gremio universitario sanjuanino; Fernanda Paredes, actual diputada provincial de amplia trayectoria en la política provincial; Coyi Aguiar, reconocida artista sanjuanina; Adriana García Nieto, primera mujer en integrar la Corte de Justicia y actual presidenta del organismo; y Federica Mariconda, reconocida periodista sanjuanina que actualmente se encuentra a cargo de la comunicación de un ministerio, reflexionaron sobre el ser mujer en la actualidad, desde sus propias experiencias.
¿Qué valor tiene para vos ser mujer?
Las seis mujeres coincidieron en las características que identifican a la mujer: resiliencia, sensibilidad, valentía, empatía, confianza, responsabilidad, lucha.
“Justamente todo ese valor se refleja en que a pesar de las adversidades que esta sociedad todavía impone, tan desigual y definida en su contra, la mujer puede alcanzar cualquier cosa que se proponga”, acota Coyi.
Además, coincidieron en el orgullo de ser mujer y de poder desarrollarse en sus respectivos ámbitos como tal, a pesar de las trabas que tuvieron que sortear no solo en sus experiencias personales sino como género en general.
Al respecto, Federica señala: “Mucho tiempo se nos tildó de sexo débil y en la historia estuvimos postergadas. No pudimos votar hasta 1947 y en una época no se veía bien que las mujeres quisiéramos superarnos y estudiar. Lejos de esa supuesta debilidad, nos demostramos a nosotras mismas, día a día, lo capaces que somos. Tenemos desde la fuerza de parir a nuestros hijos hasta, en muchos casos, de afrontar solas la crianza. De decir basta a relaciones que, a pesar de promesas de amor y contención, nos damos cuenta de que no son sanas. Y de salir a flote de cualquier pozo. Eso denota una gran valentía. Por eso, sin posturas extremas ni revanchismos, y caminando por la vida codo a codo con los hombres, ser mujer significa valorarnos como una fuerza-amorosa-imparable”.
¿Crees que aún hay desafíos que debe enfrentar la mujer solo por serlo? Si es así, ¿Cuáles?
“Aún debe superar el síndrome del impostor, de creer que lo que le pasa no lo merece y por eso permanentemente justifica. Debemos aprender a compartir la carga mental que suponen las tareas de cuidado, dejar de lado la culpa como primera reacción frente a los obstáculos que la vida presenta”, señala Adriana.
Los desafíos o barreras que aún debe sortear la mujer por su condición de género están presentes, aunque es una realidad que en menor medida que en el pasado. Pese a ello, tal como comenta Fernanda, aún hay desigualdad social, falta de representación en espacios de poder, violencia de género y estereotipos que limitan las oportunidades.
Afortunadamente hay derechos adquiridos que se celebran y revalorizan con el paso del tiempo, pero las mujeres siguen siendo consideradas “minorías”, incluso hoy, en el 2025, hay debate sobre temas que ya se habían abordado, lo que pone en jaque la lucha de generaciones, como por ejemplo las intenciones del Ejecutivo nacional de eliminar la figura del femicidio del Código Penal.
“Falta mucho para lograr la igualdad absoluta, sobre todo en ámbitos como los empresariales, por ejemplo, donde los conductores de las grandes compañías siguen siendo en su mayoría varones, existiendo muchísimas mujeres altamente calificadas”, acota Alejandra.
¿Alguna vez juzgaron tu profesionalidad y/o capacidad solo por ser mujer? Si fue así, ¿Cómo sorteaste esa situación?
“No me pregunten, solo soy una chica” es una frase de Los Simpson que trascendió generaciones y en muchas ocasiones se usó como una broma. Pero detrás del chiste hay quienes realmente consideran que la mujer, solo por ser mujer, no es capaz.
Federica recuerda lo difícil que fue para sus inicios en los medios de comunicación ser tomada con seriedad. Mientras sus compañeros de redacción abordaban temas de coyunturas, duros, complejos, ella era la encargada de las “notas de color”. “Hubo una partida para aumentar sueldos a 3 periodistas de todo el staff. ¡Eligieron incrementar a mis compañeros varones y no a mí, aún cuando mis notas habían obtenido los lugares principales en la portada!”, precisa.
Complejo le resultó ser tomada con respeto de parte de sus pares y colegas cuando asumió un rol de jerarquía dentro del periodismo. “Aprendí que la mejor manera de desafiar un prejuicio es no bajar los brazos. La clave está en la confianza en una misma, en prepararse y rodearse de quienes te valoren como persona”.
Adriana asegura que fue puesta en duda su capacidad y profesionalismo a lo largo de su carrera. Incluso hubo quienes, en público como en mesas de café, señalaban que solo había sido elegida como cortista para completar el “cupo femenino”, dejando entrever que sus aptitudes no estaban a la altura de las circunstancias. “Creo que, frente a eso, hay que aferrarse a lo que uno es y trabajar fuertemente no para demostrar lo contrario sino para realizar aquello que nos propusimos”, acota.
Fernanda se desenvuelve en un ámbito donde si bien siempre hubo mujeres, las decisiones y los temas de coyuntura eran discutidos por hombres. “En algunas ocasiones he sentido que mis ideas o capacidades fueron cuestionadas más que las de mis colegas hombres. Cuando esto sucede, me mantengo firme, respondo con seguridad y respaldo mis argumentos con hechos y conocimientos. No permito que las dudas ajenas definan mi valía”, precisa, remarcando que lo fundamental es rodearse de personas que valen su talento sin distinción de género.
Coyi señala que seguramente fue juzgada más de una vez, pero no es algo a lo que le de importancia. “Siempre hice y hago lo que me gusta, me interesa y lo hago con mucha dedicación y esfuerzo para mi satisfacción personal”.
Guadalupe indica que, como varias de sus compañeras, en más de una oportunidad se han tenido que poner en el rol de demostrar el doble para que sus capacidades sean reconocidas. Y acota: “Lo enfrenté con organización, construyendo redes dentro del sindicalismo y exigiendo el lugar que nos corresponde”.
De las seis mujeres que reflexionaron sobre los caminos atravesados hasta el lugar en el que se encuentran actualmente, solo Alejandra aseguró no haber estado jamás, tanto desde lo profesional como desde la militancia, en un rol inferior por ser mujer. “He militado siempre en el radicalismo que tiene una gran historia en el reconocimiento de los derechos de las mujeres y en la militancia de las mujeres. En mi partido, la mujer tiene voz y voto hace muchos años”.
¿Qué mensaje, consejo, sugerencia, comentario le darías a las mujeres de las futuras generaciones?
Federica Mariconda: “Salgan de la zona de confort, no se autolimiten. Ámense mucho y amen. Esfuércense para alcanzar sus objetivos y no pidan permiso, tomen su lugar. No esperen validación externa, crean en su potencial, trabajen la autoestima y hagan que el mundo (o sus mundos) las escuchen. Sean audaces, auténticas, imparables. Porque no hay sueños demasiado grandes ni metas imposibles, solo oportunidades esperando ser tomadas y desafíos para superar”.
Adriana García Nieto: “Deseo que las mujeres de las generaciones venideras sorteen nuevos desafíos, que ya no deban luchar por la igualdad real para evitar la violencia y los micromachismos que tanto daño hacen, que puedan gozar de sus derechos en verdadera libertad y ser hacedoras de su proyecto de vida. Para que eso suceda, soy consciente que hoy, en el presente, no debemos bajar los brazos”.
Fernanda Paredes: “Nunca dejen que nadie les haga creer que no pueden lograr algo. Luchen por sus sueños, apoyen a otras mujeres y no tengan miedo de alzar la voz. El cambio se construye cada día, y cada una tiene el poder de hacerlo posible”.
Coyi Aguiar: “Por suerte las generaciones nuevas vienen con otro chip y van evolucionando mucho más rápido. Solo les diría que confíen en sus capacidades, que pongan el foco en lo que quieren libremente, que lean mucho y que no dejen a nadie en este mundo les diga ´vos no podes por ser mujer´”.
Guadalupe Aguiar: “Sigan organizadas, luchen por sus derechos en los espacios de trabajo y en los sindicatos, y nunca acepten que les digan hasta dónde pueden llegar”.
Alejandra Leonardo: “Nunca dejen de soñar y creer en el poder de sus propias fuerzas, todo lo que se propongan, en el ámbito que sea, es posible si se trabaja con esfuerzo y perseverancia, sin sentirse menos que nadie”.
Las mujeres y sus miradas
SaveClip.App_476499082_18329352622092716_6706324860622676268_n.jpg
image.png

image.png

image.png

image.png

image.png
