Un hallazgo paleontológico en el corazón de Ischigualasto volvió a poner a San Juan en el mapa de la ciencia mundial. Un equipo liderado por el paleontólogo Ricardo Martínez, del Instituto y Museo de Ciencias Naturales de la UNSJ, dio a conocer Anteavis crurilongus, un dinosaurio pequeño y carnívoro que vivió hace más de 230 millones de años y que desafía lo que hasta ahora se creía sobre la evolución temprana de estos animales.
Según Martínez, el animal medía 1,60 metros de largo, pesaba unos 8 kilos y tenía una tibia muy larga, lo que sugiere que era un corredor ágil. “Era del tamaño de un pavo, pero con cola”, describe el investigador. Los estudios realizados a los huesos indican que tenía 12 años al momento de morir y que ya presentaba rasgos que antes solo se veían en dinosaurios mucho más jóvenes, lo que obliga a repensar la velocidad y diversidad de la evolución temprana de los terópodos.
El hallazgo se realizó en 2014 en la zona conocida como Cancha de Bochas, dentro del parque, pero recién ahora se completó su estudio y análisis. Además de Anteavis, Ischigualasto sigue siendo un verdadero santuario de fósiles: allí se han encontrado especies como Herrerasaurus, Sanjuansaurus, Eodromaeus y Eoraptor, considerado el antecesor de los gigantes saurópodos.
La geóloga Carina Colombi, del mismo equipo, señaló que el dinosaurio vivió en un clima árido, con ríos y llanuras de inundación, dentro del supercontinente Pangea. “Esto demuestra que los dinosaurios pudieron prosperar incluso en condiciones secas, desafiando lo que pensábamos sobre su evolución temprana”, explicó.


