El 7 de mayo se cumple un siglo del nacimiento de Eva Duarte. El historiador italiano, experto en peronismo y en Iglesia católica argentina, examina las creencias en las que se basaba su ideario político y cuál es su vigencia actual.
Hace cien años nacía Eva Perón: ¿qué queda de ella? Para haber vivido tan poco, apenas treinta y tres años, dejó una tremenda huella en la historia argentina: era una personalidad excepcional. Pero aún más: en ella se reflejaba una especie de la Argentina eterna, un mezcla humana en la que muchos argentinos se reconocieron. Guste o no, esa Argentina sigue ahí. Y a su lado, otra Argentina que la aborrece y la rechaza. Eva, mucho más que Juan Perón, expresa esa famosa grieta y el evitismo es el núcleo más duro y vital del peronismo.
Benítez no fue simplemente su “confesor”, como muchos insisten en minimizar. Fue su inventor político y mentor ideológico; fue, sobre todo, quién dio forma al nebuloso universo ideal y moral de Eva Duarte, un universo con el que tantos argentinos se identificaron precisamente porque era un universo antiguo y latente, creado por siglos de cristianismo hispano o italiano. Bastaba frotar la lámpara con cierta sabiduría, para que ese antiguo genio liberara su gran poder.
¿Son las grandes personalidades las que producen grandes cortes en la historia, o son esos mismos cortes que abren las puertas a las grandes personalidades? Ciertamente, no habría habido ninguna Eva Perón sin el golpe de Estado del 4 de junio de 1943. Ese fue el evento que sepultó a la Argentina liberal y resucitó a la Argentina católica: ¡esa sí que es una gran grieta! Benítez lo dijo de inmediato.
Fuente: Diario San Juan 19