El reloj marcaba los 90 minutos del partido, pero en el banco de suplentes de Unión el tiempo parecía detenido. Ganaban 2-0, el partido ante Colón ya estaba prácticamente sentenciado, pero nadie se animaba a festejar, sobre todo porque faltaban por jugarse los 7 minutos adicionales. Cachilo Magallanes caminaba de un lado al otro, siempre dando indicaciones, aún cuando la suerte estaba echada. A su alrededor, los jugadores suplentes apretaban los dientes, se mordían las uñas, vivían un eterno suspenso.
Hasta que finalmente faltaba un minuto para que el árbitro lo finalizara. Y ahí sí se desataron los gritos de todos, incluidos los que estaban adentro, todavía jugando. Claro que el estado de éxtasis llegó cuando terminó el partido. Un estallido de emoción, un abrazo colectivo entre jugadores, cuerpo técnico y allegados. El banco de suplentes saltó al campo y el campo se convirtió en un mar azul de festejo. La ansiedad, los nervios y la tensión se transformaron en euforia pura. Unión era campeón.
Aunque la final fue una fiesta compartida por ambos equipos y las tribunas ofrecieron un gran marco, el que terminó celebrando fue el equipo de Villa Krause. Después de una campaña impecable, liderando la tabla en la última fecha y esperando casi un mes al rival que saliera de los playoffs, Unión gritó campeón tras vencer con autoridad a Colón.
El título llega después de tres años de sequía y de un arranque de torneo que no fue fácil, con la salida de Federico Acevedo marcando un momento bisagra. Pero el equipo supo reconstruirse, consolidarse bajo la conducción de Magallanes y coronar el Torneo Apertura con una actuación sólida en la final.
Embed – Tiempo de San Juan on Instagram: “Un eterno último minuto y el grito más esperado: el festejo de Unión, apenas el árbitro marcó el final Abrazados, con los dientes apretados pese al 2-0. Así se vivió el final del partido en el banco de suplentes del Azul y campo de juego. Más info en @tiempodesanjuan #union #uniondevillakrause #campeon #tiempodesanjuan”


